vagabunda entre los matorrales de la existencia ,
desamparada, ante los negros ojos de tu mirada lejana.
Callas sin dejar lugar a las dudas que me atormentaban,
este silencio tuyo causa heridas profundas en mi alma;
marca como rayos de sol la piel que alguna vez fue clara,
cicatrices de melancolía, que quedan como testigos.
No entiende mi ser el silencio de tus labios,
ni mi alma la lejanía de tus miradas,
se oculta mi ser en lo superficial de las palabras
ajenas, en la oscuridad amada, en lo solitario de
los seres oscuros que claman tus palabras...